Galette convierte galletas en historias de amor y conexión.
Desde Estudio Vástago, acompañamos a Isa y Salomé para traducir su IKIGAI en marca: más que galletas, momentos de felicidad compartida. Con una narrativa cercana y auténtica, diseñamos un universo que se hornea a fuego lento —con propósito, coherencia y mucha ternura— para conectar corazones.








Desde Estudio Vástago comenzamos escuchando a Isa y Salomé. Entre recuerdos de cocina, abrazos y sobremesas, destilamos su IKIGAI: Galette existe para celebrar el amor y la amistad. De ahí nace el claim que lo ordena todo: “Más que galletas, creamos momentos de conexión y felicidad compartida.”
Abordamos el proyecto con enfoque de slow branding: hornear la marca a fuego lento, priorizando la calidad sobre la prisa y la coherencia sobre el ruido. Cada decisión —texto, empaque, fotografía— debía sentirse auténtica, cercana y capaz de provocar una pausa.
Para el storytelling, definimos una voz cálida y empática, la amiga que te invita a sentarte y sonreír. Construimos microhistorias que convierten cada galleta en un gesto: el ingrediente elegido con cariño, la decoración con mensaje, el detalle que llega justo a tiempo. Como repertorio vivo, dejamos frases-guía que activan emociones:
- “De amor estamos hechas.”
- “Pequeños gestos, grandes abrazos.”
- “Una galleta, mil razones para sonreír.”
La arquitectura de la web se planteó como un recorrido amable: Razón de ser, Propósito, Manifiesto y Valores en bloques editoriales fáciles de leer, acompañados de un blog para contar historias de la comunidad. Optimizamos el contenido con SEO on-page —titulares claros, metadescripciones y keywords naturales como slow branding, galletas artesanales y storytelling de marca— sin perder el tono humano.
Diseñamos la experiencia sensorial alrededor del detalle: empaques con mensajes para dedicar, tarjetas que invitan a escribir y un pequeño ritual de apertura para que el unboxing se convierta en recuerdo. La fotografía celebra manos, texturas y sonrisas; nada estridente, todo cercano.
En redes priorizamos comunidad antes que alcance. Propusimos contenidos que invitan a la conversación —carruseles “momentos para pausar”, reels del proceso artesanal, testimonios— y un CTA recurrente: “¿A quién quieres dedicarle esta galleta?” Medimos lo que de verdad importa: guardados, respuestas y relatos compartidos.



Para cuidar la consistencia, dejamos una guía viva con tono de voz, do’s & don’ts, calendario editorial y un checklist simple antes de publicar:
• ¿refuerza el propósito? • ¿qué emoción activa? • ¿qué valor aporta a la comunidad?
Así, Galette evoluciona a fuego lento, aprendiendo de la experiencia real.
Resultado: una marca que no solo vende galletas; cultiva vínculos. Galette se consolida como referente de branding emocional en repostería artesanal, con una narrativa coherente que convierte cada bocado en una historia para compartir.